3.1 Descriptivos

Antes de proceder con el análisis de los modelos, en esta sección se presentan los análisis descriptivos uni y bivariados de los predictores principales de este estudio con el fin de realizar una primera aproximación al contraste de hipótesis. Para ello, se comienza reportando los estadísticos descriptivos de la variable dependiente y de las variables independientes. Luego, se examina la manera en que las percepciones de conflicto social varían entre países como una antesala al modelamiento multinivel. Por último, se desarrollan análisis bivariados relacionando el índice de conflictos sociales percibidos con la posición de clase y la membresía sindical a nivel individual, y con la desigualdad económica y el corporativismo de los países a nivel contextual.

En la Tabla 3.1 se reportan los estadísticos descriptivos para todas las variables incluidas en el análisis. Como se puede observar, esta investigación trabaja sobre una muestra de 39.853 individuos anidados en 33 países, los cuales poseen, en promedio, un moderado nivel de conflicto percibido reflejado en una media de 3.78 puntos en una escala que va de 0 (no existen conflictos) a 9 (existen muy fuertes conflictos). Ahora bien, es importante notar que tomando en cuenta la distribución y escala de \(PSCi\), la dispersión de los datos respecto al promedio es considerable (DE = 2.03). Esta alta variación en los datos podría estar asociada a la presencia de distintos países en las diferentes olas-años bajo estudio, abriendo la interrogante sobre el rol contextual de los países.

Tabla 3.1: Estadísticos descriptivos
Variable N Valores
Dependiente
Perceived Social Conflict Index 39,853
Media (DE) 3.78 (2.03)
Rango 0.00, 9.00
Nivel individual
Posición de clase EOW 39,853
1.Capitalistas 531 (1.3%)
2.Pequeños empleadores 1,475 (3.7%)
3.Pequeña burguesia 4,237 (11%)
4.Expertos directivos 2,503 (6.3%)
5.Expertos sin autoridad 3,056 (7.7%)
6.Supervisores calificados 4,749 (12%)
7.Supervisores no calificados 2,431 (6.1%)
8.Trabajadores calificados 8,021 (20%)
9.Trabajadores no calificados 12,850 (32%)
Afiliación sindical 39,853
No 23,225 (58%)
Si 16,628 (42%)
Edad 39,853
Media (DE) 48 (16)
Rango 15, 98
Sexo 39,853
Hombre 20,020 (50%)
Mujer 19,833 (50%)
Identificación política 39,853
Derecha 10,999 (28%)
Centro 7,141 (18%)
Izquierda 11,058 (28%)
Sin identificación 10,655 (27%)
Nivel contextual (país-año)
Ratio S80/S20 64
Media (DE) 6.61 (6.30)
Rango 3.20, 44.66
Indice corporativismo 64
Media (DE) -0.19 (0.71)
Rango -1.17, 1.13
GDP Per capita USD 64
Media (DE) 35,026 (13,905)
Rango 9,680, 68,628
Gasto social (%GDP) 64
Media (DE) 23 (9)
Rango 8, 49
a Fuente: Elaboración propia en base a ISSP 1999-2019, WIID, ICTWSS y OCDE
1 Media (DE); Rango (Min, Max); Frecuencia (%)

Atendiendo a los porcentajes de la Tabla 3.1, a nivel individual existe una clara tendencia en la distribución de la posición de clase: la gran mayoría de los individuos -más de un tercio de la muestra- se ubican en la posición de clase trabajadora no calificada (32%). A esta categoría le siguen las posiciones de los trabajadores calificados (20%), los supervisores calificados (12%) y la pequeña burguesía (11%). Luego, se encuentran posiciones de clase asociadas típicamente a las clases medias como los expertos sin autoridad (7.7%) y los expertos directivos (6.3%). Por su parte, la clase de supervisores no calificados, que se asocia comúnmente a posiciones de clase trabajadora, es minoritaria respecto a las posiciones de clases medias pues solo alcanza a concentrar un 6.1% del total de los casos. Finalmente, las posiciones de clase minoritarias corresponden a la de los pequeños empleadores y a la de los capitalistas o grandes propietarios, con un 3.7% y un 1.3% de los casos respectivamente. En cuanto a la afiliación sindical, se observa que la mayoría de los individuos de la muestra (58%) no forman parte de alguna organización sindical en comparación a quienes sí son miembros o han estado afiliados a sindicatos (42%).

A nivel contextual, el valor promedio de la concentración del ingreso es igual a 6.61, lo cual indica la proporción en que el ingreso del 20% más rico es superior al ingreso del 20% más pobre para todos los países y años analizados. Sin embargo, la desviación de los datos respecto a este promedio es considerablemente alta, estando incluso muy cerca del mismo (DE = 6.30). Esta alta variación es un fenómeno esperable cuando se comparan países pues, tal como indica la Tabla 3.1, existen casos bastante extremos en donde el valor mínimo de la concentración del ingreso es igual a 3.20 (Suecia 1999) y el valor más alto es de 44.66 (Sudáfrica 2009). Algo similar pero más evidente ocurre con el grado de corporativismo de los países. Como se observa en la Tabla 3.1, los 33 países estudiados entre los años 1999 y 2019 tienen, en promedio, un bajo nivel de corporativismo (M = -0.19) pero la desviación de los datos es, de hecho, superior a este valor (DE = 0.71). Nuevamente, esto puede verse ejemplificado en los países que ocupan los valores mínimos (Nueva Zelanda 1999) y máximos (Noruega 1999) en el índice de corporativismo. Al respecto cabe mencionar que, temporalmente, los países con los valores más altos en este índice pueden ubicarse en el periodo de auge y caída de los Estados de Bienestar en el norte de Europa, mientras que en los años más recientes el valor de este índice es sustancialmente más bajo para todos los países analizados.

Una idea que ha guiado esta investigación pero que se ha mantenido implícita hasta ahora es que el nivel de conflicto percibido por los individuos varía efectivamente entre países. Pero, ¿esto ocurre empíricamente? La Figura 3.1 busca responder a esta interrogante mostrando la evolución de las percepciones de conflicto social entre los países a través del tiempo. En términos generales, el gráfico sugiere que existe una notable variación entre los países en cuanto al nivel promedio de percepción de conflicto ya que, de los 33 países bajo análisis, 15 presentan valores superiores o inferiores al promedio mundial (representado por la línea horizontal). En detalle, Corea del Sur, Hungría, Chile y Portugal son los países con mayores percepciones de conflicto social en el periodo estudiado, mientras que Chipre, Dinamarca, República Checa y Croacia son las naciones con los menores niveles en la escala de conflictos sociales percibidos.

Evolución de las percepciones de conflicto social entre 1999 y 2019. Línea horizontal representa el valor promedio de \(PSCi\) para todos los años y países analizados. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Figura 3.1: Evolución de las percepciones de conflicto social entre 1999 y 2019. Línea horizontal representa el valor promedio de \(PSCi\) para todos los años y países analizados. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Así también, resulta relevante mencionar lo que ocurre en términos temporales con las percepciones de conflicto en determinados países. De acuerdo con la Figura 3.1, es posible identificar a algunos países en los cuales las percepciones de conflicto social han tendido a aumentar en el tiempo, tales como Hungría12 y más recientemente Chile13. Sin embargo, estos países son más bien la excepción y no la regla puesto que existe una clara tendencia hacia la baja en el valor promedio de \(PSCi\) entre los países que cuentan con más de una observación en el tiempo. En específico, de los 20 países con más de una observación, 9 han disminuido sus percepciones de conflicto social y 7 se han mantenido relativamente estables y por debajo del promedio mundial. Casos emblemáticos sobre los primeros son países como Chipre o Croacia, mientras que respecto a los segundos destacan naciones como Alemania o Nueva Zelanda. En consecuencia, y retomando las hipótesis de esta investigación, estos resultados preliminares permiten colocar en tela de juicio lo sostenido hipotéticamente por la \(H_{5}\) ya que, contrario a esta, las percepciones de conflicto social han tendido a disminuir a través del tiempo.

Intensidad de conflictos entre grupos percibidos por la población (% encuestados que respondieron “muy fuertes” o “fuertes” en cada uno de los indicadores de \(PSCi\)). Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Figura 3.2: Intensidad de conflictos entre grupos percibidos por la población (% encuestados que respondieron “muy fuertes” o “fuertes” en cada uno de los indicadores de \(PSCi\)). Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Al momento de describir el comportamiento de los distintos tipos de conflictos que componen el índice, un punto esencial debe ser remarcado: en la mayoría de los países los ciudadanos tienden a reconocer más las tensiones entre los trabajadores y directivos de empresa. Como demuestra la Figura 3.2, la percepción del conflicto laboral tiende a ser más fuerte entre los individuos, oscilando entre un 30% y un 60% en comparación a no percibir este conflicto o hacerlo de forma mesurada. Así también, existen variaciones importantes entre países ya que hay naciones en las cuales son los conflictos entre ricos y pobres los que se perciben más intensamente (e.g. Hungría, Estados Unidos o Bulgaria). De cualquier modo, los conflictos entre grupos polares en la estructura social asociados al conflicto distributivo más “tradicional” (trabajadores-directivos y ricos-pobres) tienden a primar en la mayoría de los países, encontrándose en menor intensidad los conflictos entre la clase media y la clase obrera pues en todos los países la proporción de quienes sostuvieron que este conflicto es percibido de forma fuerte o muy fuerte es menor en comparación a los otros conflictos. Esto sienta un precedente relevante en términos de medición de las percepciones de conflicto vertical debido a que, al parecer, los conflictos entre grupos sociales ubicados en los puntos extremos de la estructura social son los más importantes para este constructo.

Otro aspecto a ser evaluado corresponde a la relación entre las percepciones de conflicto social y la posición de clase de los individuos. En el Panel A de la Figura 3.3 se presenta esta asociación mediante un gráfico de cajas en donde, además de mostrar la distribución intercuartílica según cada categoría de clase, se indica el valor promedio de \(PSCi\) representado por un punto. De esta figura se desprenden dos conclusiones: (1) quienes se ubican en las posiciones de clase subordinada -trabajadores no calificados, calificados y los supervisores no calificados-, poseen valores promedios más altos en la escala de percepción de conflicto en comparación a las posiciones de clases privilegiadas; y (2) quienes son parte de la clase de pequeña burguesía perciben, de hecho, mayores conflictos sociales que los individuos de clases capitalistas e inclusive que quienes son parte de las clases medias. Un hecho a remarcar es que, si bien existen diferencias entre las categorías de clase, estas no son demasiado grandes (ver Tabla 5.2 del Apéndice). Ahora bien, ¿son estas diferencias estadísticamente significativas? De acuerdo con el análisis de varianza (prueba de Welch de una vía), el efecto de la posición de clase es estadísticamente significativo (F(8, 6844,2) = 92.803, p < .001) y medio (\(\omega^2\) = 0.10) según las recomendaciones de Field (2013). Al examinar las comparaciones múltiples (post hoc de Games-Howell) se encontraron diferencias estadísticamente significativas (p < .05) entre la mayoría de las combinaciones de las categorías de clase. Por tanto, y en línea con lo planteado por la \(H_{1}\), estos resultados permiten sostener que existen diferencias significativas entre las categorías de clase respecto a la percepción de conflicto y que quienes se ubican en posiciones de clase subordinadas perciben mayores conflictos que los que se ubican en posiciones de clases privilegiadas.

Promedio de conflicto percibido según clase social (panel A) y afiliación sindical (panel B). Estadísticos de los análisis de varianza indicados en cursiva. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Figura 3.3: Promedio de conflicto percibido según clase social (panel A) y afiliación sindical (panel B). Estadísticos de los análisis de varianza indicados en cursiva. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019).

Por su parte, la asociación entre las percepciones de conflicto social y la membresía sindical contradice lo planteado hipotéticamente. Como se puede observar en el Panel B de la Figura 3.3, quienes no son miembros de sindicatos poseen mayores valores promedio en la escala de \(PSCi\) en comparación a quienes sí son miembros. Nuevamente, cabe mencionar que estas diferencias no son excesivamente grandes (ver Tabla 5.2 del Apéndice). La prueba t de Welch de dos muestras (varianzas no asumidas como iguales) que evalúa la diferencia de \(PSCi\) según la condición de afiliación sindical sugiere que el efecto es positivo y estadísticamente significativo (diferencia = 0.33, t(37428,30) = 16.33, p < .001) aunque muy pequeño (d de Cohen = 0.17). En consecuencia, y de acuerdo a estos resultados, la \(H_{2}\) que planteaba que los miembros de sindicatos percibirán mayores conflictos sociales que los no miembros no recibiría apoyo.

Promedio de conflicto percibido y concentración de ingresos, por país y año. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019) y WIID.

Figura 3.4: Promedio de conflicto percibido y concentración de ingresos, por país y año. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019) y WIID.

En cuanto a la relación entre las percepciones de conflicto social de los individuos y las características de los países en los que habitan, la Figura 3.4 y la 3.5 representan la asociación de \(PSCi\) con el nivel de desigualdad económica y el grado de corporativismo de los países, respectivamente. En primer lugar, la Figura 3.4 sugiere que existe una relación positiva entre las percepciones de conflicto social y la concentración del ingreso: cuanto más desiguales son los países, mayores suelen ser sus niveles promedio de percepción de conflicto. Ahora bien, solo en los años 1999 y 2019 es posible notar que la pendiente es más pronunciada y que los distintos países se ajustan en torno a ella. Los coeficientes de correlación en ambos años ilustran lo anterior ya que, si en 1999 y 2019 esta relación es significativa y de una gran magnitud, para el 2009 la fuerza de la asociación es menor y no significativa (r = .26, p > .1). De todas maneras, estos resultados sustentan parcialmente lo planteado por la \(H_{3a}\) debido a que, examinando la serie completa, la correlación entre la concentración del ingreso y las percepciones de conflicto social es positiva y significativa (r = .16, p < .05), y aunque si bien es baja debe tomarse en consideración que no todos los países están presentes en todas las olas-años bajo análisis (ver Figura 5.1 del Apéndice).

Promedio de conflicto percibido y nivel de corporativismo, por país y año. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019) e ICTWSS.

Figura 3.5: Promedio de conflicto percibido y nivel de corporativismo, por país y año. Fuente: Elaboración propia en base a ISSP (1999-2019) e ICTWSS.

En segundo lugar, la asociación entre las percepciones de conflicto social y el grado de corporativismo de los países demuestra, en general, una dirección negativa: a medida que existe mayor grado de corporativismo en un país, menores tienden a ser los valores promedio de las percepciones de conflicto social (ver Figura 3.5). Esta relación se mantiene consistente al mirar la serie completa puesto que el coeficiente de correlación es negativo y significativo al 95% de confianza (ver Figura 5.1 del Apéndice). Sin embargo, también es posible notar que tal asociación se ha debilitado a través del tiempo pues, como indica la Figura 3.5, tanto la pendiente como el coeficiente de correlación entre \(PSCi\) y el índice de corporativismo han disminuido con el pasar de los años. En 1999 se observa la asociación más fuerte y significativa entre estas variables (r = -.55, p < .05), mientras que en el 2009 esta relación se debilita en su fuerza y pierde toda significancia (r = -.12 p > .1) además de que existe una mayor dispersión de los países en torno a la recta, y ya para el año 2019 la relación sigue siendo negativa pero está muy cerca de ser neutra (r = -.04 p > .1). Con todo, estos resultados permiten apoyar parcialmente lo planteado por la \(H_{4}\), aunque estableciendo la posibilidad de que el tiempo esté afectando la relación entre el corporativismo de los países y las percepciones de conflicto social.

En síntesis, los resultados descriptivos aportan tres elementos importantes. Primero, que las percepciones de conflicto social varían entre países pero que, contrario a lo esperado hipotéticamente (\(H_{5}\)), estas han tendido a disminuir a través del tiempo. Segundo, que a nivel individual quienes son parte de las clases subordinadas tienden a percibir mayores conflictos que quienes son parte de las clases privilegiadas (\(H_{1}\)), mientras que quienes son miembros de sindicatos no perciben mayores conflictos sociales que quienes no son miembros (\(H_{2}\)). Tercero, que a nivel contextual las percepciones de conflicto social tienden a ser mayores en países con altos niveles de desigualdad económica (\(H_{3a}\)) y menores en países con altos niveles de corporativismo (\(H_{4}\)), aunque esta última relación se ha atenuado durante el tiempo.


  1. Como ha sido demostrado en investigaciones anteriores (Hadler, 2017), Hungría es un caso particular ya que, posterior a la caída de la Cortina de Hierro, este ex país socialista experimentó un incremento en la recesión económica de su población, una retirada de las políticas de bienestar y una volatilidad política que desencadenó una serie de protestas que luego se encontraron con la crisis financiera del 2008. Así, no es de extrañar que las percepciones de conflicto social hayan aumentado en esta nación.↩︎

  2. La elevada percepción de conflicto en Chile podría explicarse por los altos niveles de desigualdad económica que arrastra este país desde la década de los 90’, sin embargo, diversas investigaciones han sostenido que la conflictividad social en Chile estaría más bien asociada al resurgimiento de las protestas sociales, particularmente al ciclo de protestas entre los años 2006-2019 (Somma et al., 2020). De tal modo, estos elementos podrían estar actuando como un telón de fondo en el leve incremento de la percepción de conflicto para este país en el periodo 2009-2019.↩︎